poema minirealista cayoso supralinfático/

borracho!
le gritaban en el pueblo.
borracho pendenciero!
le decían.

a él!
a él!

que se levantaba a las cinco de la madrugada
para caminar hasta la fábrica
que alimentaba con el sudor de su espalda
los setenta hijos y medio
que tuvo por todos lados
porque el amor era su legado y bueno!

borracho!
le gritaban desde las ventanillas del colectivo
los escolares chúcaros!

justo a él que se pasó la vida predicando el evangelio
según él mismo!

y si era borracho qué diantres!
era más bueno que los leones de un circo!
y se pasó la vida amando a grandes y chicos!

No hay comentarios:

Publicar un comentario