los desobedientes/

cuando la historia se pone brava.
digamos jodida.
digamos vergonzosa guión vergonzante
cuando decir por ejemplo
la palabra bienvenida/ alegría/ utopía
puede costarte un ojo de la cara
o peor aún puede costarte un hijo un abuelo
una madre
cuando la historia se escribe con la hache grande
y en esa Historia anda jorobando
el pueblo lastimado en la calle
el pueblo expoliado en la calle
el pueblo azul pájaro gris celeste bienaventurado
ahí es cuando
ahí es ahora
ahí en esa hora cuánto cuánto
cuánto valen los desobedientes con dientes con brazos
con cabezas duras como mulas
con corazones gigantescos como la patria misma
con las manos prestas a no prestarse nunca al asesino
con las orejas bien grandes para desoír a los verdugos
cuánto cuánto vale un desobediente cada 500 sí sí
un solo desobediente puede darnos casa
calentarnos comida
dar refugio a la manada de camaradas desobedientes
que tampoco le prestaron ni le prestarán jamás
el corazón a la violenta pedagogía del capitalismo
a la cobarde metodología de los Dueños del Mercado.
cuando la historia con h grande se pone brava
cuánto añoraremos a esos niños desobedientes
a esos adolescentes desobedientes
a esas madres desobedientes
a esas trabajadoras desobedientas
a esos profesores que nunca siguen el programa de estudio
porque la literatura es importante la matemática es importante
la filosofía es importante pero más importante es
el hombre
su ética revolucionaria
su fervorosa marcha a la alegría
la marcha a la alegría
un solo desobediente vale más que 500 sí sí señor
los obedientes de siempre
los que no faltan nunca
los que nunca llegan tarde a la mesa de los ordenadores
de los que dictan las leyes
cuánto cuánto aplaudiremos a los que no hacen caso
o mejor dicho a los que hacen caso omiso a la muerte
y arriesgan hasta los dientes
estos insolentes desobedientes
estos locos de porquería que van a terminar poniendo el mundo
al revés
y a la izquierda/

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