el primer indicio fue el insomnio
uno se despertaba a las tres de la mañana
se bebía el café
el agua de las plantas
la forma puntiaguda de la luna en los disfraces
el segundo indicio 
ya fue el centro etimológico de la palabra ternura
era comenzar el árbol por la copa
y echar al aire cuanta raíz cuadrada nos
viniera a besar la boca
el tercer y último indicio
que corroboró de una vez y para siempre
el estado imperturbable y natural de las cosas
fue hundir las manos en los bolsillos
y sacar su nombre para abonar las compras del mes/

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