contextos/

una calle siempre nos recuerda
que somos efímeros
que tenemos nombres efímeros
que fumamos cigarros efímeros

cuando se cerraba la puerta de calle y apoyabas las llaves sobre la
mesa del comedor y yo me sacaba el bolso de encima para acercarme a
tus ojos que a esa altura estaban llenos de puntos suspensivos
no iría nunca a sucedernos lo que a otros les sucedía porque el olvido
era para los que nunca se amaron pero nosotros decíamos éramos
poco menos que el cielo o el tiempo

una calle con un nombre largo y plomizo
nos recuerda desde ahora y para siempre
que somos volátiles hojarascas de invierno
menos plausibles que la llovizna cosiendo caracoles
contra los muros del viento pero cómo

si de pronto la asesina memoria
la pletórica ballena que nos traga por el solo gusto de mover de
arriba hacia abajo las locas mandíbulas entonces sí
una calle siempre nos recordará
que somos carne huesos nombres que borra la ceniza/

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