era una jirafa
estiraba su corazón
para comer hojas de pino
de mañana una señora muy colorida
la pasaba a buscar por su casa
salían de la mano
charlando del azúcar
del precio del petróleo
de los nuevos juegos del parque
saludaban a los niños que andaban en bicicleta
saludaban a las maestras que caminan bajo la lluvia
saludaban a las señoronas que pasaban con paraguas
saludaban a los camaremos que llevaban bandejas
cargadas con café tostadas medialunas
saludaban a los gorriones que bebían su desayuno
cruzaban plazas donde el sol se escondía
eran un libro entreabierto las pupilas de la jirafa
estiraba de vez en cuando su rojo verde corazón
para comer hojas de pino
para besar en la boca a los pájaros
que la seguían/

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