pero entonces una línea tuya se adelgaza en mi memoria.
salgo a abrazarte antes que la abeja te devore,
antes
de suponerte
rabiosa de amor
bajo la lluvia,
mientras tanto
te deshueso
palabra a palabra
el alquitrán pecoso que te mordía las horas,
te amé bajo las contradicciones inimaginables del silencio,
yo tocaba tu sombra con un paraguas prestado,
yo subía tu espalda con la tristeza de las macetas rotas,
yo te amé desde el viejo almacén de los inviernos
hasta la corolaria espuma de la aurora en la ventana
vos me amaste en los números impares y en los caballos
y en los intersticios grises de mis azulejos
en la repatriada melancolía con que los gatos se echan bajo el relieve.
pero entonces una línea tuya se me quedaba dormida sobre la boca.

No hay comentarios:

Publicar un comentario