también están los que niegan con la cabeza
los que comen con el dedo meñique levantado
los que duermen boca arriba
los que duermen boca abajo
los que mueren de amor a cada rato porque sí
los que no mueren nunca de amor aunque se lluevan
de los ojos para adentro
están los sin embargo y los hasta luego y los abrazos
y los adioses y los que se rascan la oreja en el crepúsculo
para acertar el número de la lotería o el amor intacto
los hay blancos y los hay rojos y verdes y escamas
no habría que decir nuestro si no hubiera tanta máquina
deambulando por los intersticios de la ternura, hay
ciegas criaturas que gimen esperando el lado bueno
de la luna, pero están también los otros, los minimalistas
los que mueren de alegría ante un poste de luz
ante un sobre de correo, ante la tierra prometida,
tierra de pan y de beso, esos, los que dicen amor
y cambian el mundo/

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