desde las primeras horas del día
ando acarreando mi sombra
de tanto engullir pájaros
de tanto masticar máquinas de coser
está pesada como un ángel barrigón
y subir al colectivo para ir a la escuela
es todo un acontecer de tirones y diafragmas
debo ponerla a dieta
que adelgace al menos los meniscos 
o las membranas oscuras de la boca
porque llegan las últimas horas del día
y ciertamente me duelen las articulaciones
de acarrearme la sombra por las calles
mirando gendarmes con cara de oso
mirando automóviles o sapos que emergen
de las teteras o mujeres que llevan en la cara
el nombre indeleble de un hombre borroneado 
entonces solo pienso en tirarme sobre la cama
mientras mi sombra se queda en la cocina
devorando las suelas de mis zapatos de goma/

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