parecía estar muriéndose
pero era la lluvia que la atravesaba
y le sacudí la espina dorsal
y de ella cayeron violines que exhalaban pájaros
a punto de hacerse el amor
de hacerse los distraídos con el cielo en los bolsillos
parecía estar llorando
no lloraba sino que se desnudó
se sacó los huesos y me los sirvió en un plato
yo sentadito a la mesa
con una servilleta en el cogote
comía a dos manos royendo esos lácteos sintagmas
esas ballestas con que se le encendían los labios
estaba por arriba y
por debajo hecha de hembras y de ramas y de luces
yo me escondí bajo su sexo
y desde allí encendí las palabras que me dejaron
en la boca un puesto ambulante de libros en oferta/

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