resplandores del durazno en septiembre ...

la culpa es de la literatura
una culpa llana y sin premuras casi
una culpa prologada
casi también una disculpa en donde no
caben los sombreros ni los adioses
entonces, decíamos, es de la causalidad la
culpa y no solo del efecto
hace de esto no más de veinte años y
estabas revolviendo en los cestos de la
palabra una que sirviera de pronto a los
mismos intereses que la lluvia, o a las mismas
avenidas de cipreses de tu nombre es que
a esta altura de las circunstancias ya debés
andar sabiendo cómo es esto de la
literatura en ascuas, del pájaro mitad murciélago
que se nos mete en la ranura por donde la
memoria se ve obligada a buscar sus
atajos, decíamos, una disculpa a rayas
una culpa de durazno erguido en el
paisaje: apenas seremos otros los mismos
y vos estarás más linda después
de amarme/

No hay comentarios:

Publicar un comentario