poema de la palabra en la boca ...

cuando no teníamos la palabra
las manos redondeaban los objetos
el peso de las cosas enunciadas:
ventanas, martillos, espejos
todo sopesaba la mirada
los hombres no anhelaban el silencio
llevando en su raíz la acantilada
longitud piramidal del universo
los pájaros, los roedores, el yeso
la madera, el pan, el trigo, el agua
el lento pasaje del gusano en la rama
el copioso devenir de los misterios
la piedad azul del viento en el alba
la desnuda mujer, la rabiosa calma
del rayo vertiginoso, del doloroso cielo
enconado, libertado, agreste y ciego
ah! pero de pronto vino la palabra
ah! de pronto tuvieron nombre los cimientos
la rosa roja, el cráter, la espina, el ala
el cordón umbilical de las montañas
el incesante parir agónico del viento!  
llegó desde la cordillera andina la palabra
y habitó las bocas, y martilló el silencio
y supo la mujer evocar la pólvora y el fuego
y supo el hombre nombrar la espada
supieron decir, al unísono, puñal de invierno,
buscaron un nombre para la clase explotada
entonces pájaro la llamaron, la llamaron pueblo,
espina de Cristo, raza de puertas, de huertos
de fatigas, de hambre, de quebradiza espalda
y de lamentos: por eso no les daban la palabra
porque el nombre de las cosas era ajeno,
perros de máscara frágil, luces del puerto,  
venga a nosotros tu reino, oh, palabra!










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