podés darme la mano/ tocar la calle
o simplemente acomodarte el cabello
y girar sobre los ejes oxidados del crepúsculo
podés arrojarme de espaldas al tiempo
encender la hornalla/ tocar la tierra
y seguirás siendo una buena excusa
para andar aún en dos patas
con un libro de poemas bajo el brazo
pensando que has sido todo
y que los cangrejos saben mejor
en tu boca/

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