los hombres se levantan a diario
con un pagaré vencido en la boca 
con el alquiler impago en las costillas
con el corazón gris de tantas colas bancarias
de tanto jefe con cara de vaca constreñida 
con sabor a manicomio en la lengua
y los ojos pegados de tanta nostalgia de cielo
y miran sus alas en el perchero del baño
sin saber ya ni para qué servían
la realidad puede ser una caja de pandora
donde la caja es una mesa de trabajo
y pandora la dueña de la empresa
que lo llama a su oficina/

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