ese mar que no se olvida
esa pesadumbre de la tierra crepuscular
a la hora en que los fantasmas de las risas pasadas
revolean sus griteríos sobre edificios y catedrales
en qué pensarán entonces los espejos y los días?
qué palabra 
además del silencio 
fornicará en la noche
con las hojas
y con las piedras
con la mujer detrás de la civilización y el infinito?
ah, mar que no se olvida!
esa ligera picazón de olvido que infecta la memoria
tornasolada aurora 
que no sabe sino herirnos con una última inocencia!
olvidemos aquel mar que no olvida:
nadie te dijo hasta qué punto debías negar
la voz de las estrellas
o el lento padecer de las cebollas/

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