después de todo
no hemos hecho nada.
tan solo caminar las calles de la mano
y sonreír de hueso en hueso
ante el más leve cosquilleo del alma.
mirá, no hicimos nada.
solamente sentarnos cerca a la hora del almuerzo
y masticar las soledades con las muelas de juicio
y decretar prisión domiciliaria a los miedos
y usar las nubes de globos blancos
y creer que en cada esquina hay un cartel que dice
que está absolutamente prohibido no besarse.
después de todo
no hemos hecho nada.
tan solo ir perdiendo por las escaleras
un poco de la sombra 
que nos mordía el alma/ 
y estás tan linda desde entonces
y estoy más alto, te diría, un gigante.
el mundo es nuestro cuarto de juguetes.

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