la poesía no tiene la culpa 
la culpa es de la lluvia
de la mujer que amo
la culpa acaso es del pan mojado en té
que tiene la constancia de ser riquísimo
la culpa es de mi padre que caminaba de costado
y parecía un trasatlántico siempre a punto de hundirse
la culpa definitivamente es de las hormigas
que me hacían llegar tarde a la escuela
porque no podía creer que transportaran 
el mundo de a pedacitos
la poesía no tiene la culpa
como dije
quizá es la lluvia que tiene pezones tan lindos
que cuando los apoya en la ventana
uno se queda embobado
que hasta el café se le enfría
la culpa seguramente es 
de la mujer que amo
que me hace pedalear su bicicleta y la mía 
porque no tiene tiempo dice
se la pasa embelleciendo el mundo 
donde yo habito/

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