una sensación de raza me golpea la boca
digo de pronto que pertenezco al mundo
y cada baldosa y cada pájaro y cada corteza
es un viaje placentero en mis manos
todo lo que me toca tiene apetito de universo
y todo lo que no me toca es mi propia carne
salimos corriendo de las palabras en ruinas
nos acercamos sigilosos al panteón de los días
venideros, de las horas venideras, de un pasado
en bata que nos recibe en sus ojos apretados
que nos distorciona el rostro buscando nuestros
más profundos sueños de redención
y de esperanza/

No hay comentarios:

Publicar un comentario