te amo/ 
ya cometí el pecado del poeta.
la inocencia.
ahora debo ejecutar frases anabólicas 
versos con mucha proteína
porque no se sale con facilidad
de un poema que tuvo los genitales
de decir te amo
en el primer verso/ entonces se lleva
la costumbre
de invocar puertos extraños
nombres extraños
otras criaturas
alguna palabra en francés para ahuyentar
la culpa del castellano -esa lengua tarzánica-
y ensayar acaso cierto equilibrio
balancear el ph negativo
ni dulce
ni ácido ni asalariado
que el poema tenga cara de patovica malhumorado
y que sonríe de pronto
y cortesmente nos de la mano/ es que
sencillamente pude haberte telefoneado y decirte
que te amo
pero ya ves
tengo el oficio de hacer palomas
y también sé hacer pochoclos
y sentarme cerquita tuyo
a mirar películas en blanco y negro/

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