odiamos a los jóvenes poetas
aborrecemos a los poetas sexagenarios
y a los poetas que aún no escriben su primer verso
y a los que se pasan el día llenando el mundo de metáforas
odiamos toda la poesía escrita
y la no escrita
y la que se escribirá dentro de un rato
o dentro de 79 años cuando no seamos sino eso
que llaman un muerto o un cadáver o un finado
odiamos a los poetas de profesión
a los poetas de oficio
a los poetas por un día
abdicamos de la lírica de los santos
y de la premiatura de la academia
aborrecemos a los poetas populares
y a los poetas de los salones con arañas decimononas
lo que mi amigo aquí presente
está intentando decir es que tiene muchas ganas
de tomarse un vino con queso y con pan
y que el almacén haya cerrado sus puertas
lo pone proverbialmente intolerante/

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