tangencialmente una latita de plomo
subida al octavo escalón de una escalera
tiene el mismo sabor a ladrillo que si
le echásemos a una bolognesa ají molido
claro que pueden disentir conmigo pero
eso implicaría tooooooooda una diatriba
que ni ustedes ni yo -amén del calor-
querremos llevar adelante como carrito
de supermercado/
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