bienvenida ...

he pronunciado tantas veces la palabra bienvenida.
y quedaban las copas vacías, la luna desterrada.
entonces creía, de verdad creía, que eras bruma
o fantasma, o huella del futuro donde mi pie
jamás caminaría; es decir: casi anduve convencido
de que, sencillamente, no existías
no tenías nombre ni casa
que no había número tuyo
ni sombra tuya
ni alegría
ni nada
te llevaba como un bolso de mano
a donde iba
y me sentaba y vos te sentabas y yo te hablaba
y vos reías
entonces cansado de no saber tu nombre
he dicho tantas veces la palabra bienvenida
y caminaba soles tibios, miradas fugitivas
porque -sencillamente- anduve 
casi convencido
de que no existías
el corazón decía amor porque aún 
vos 
no me llovías
no tenía tu nombre ni tu siglo ni tu rabia
amor
por eso sé que vos 
también dijiste 
varias veces
la palabra bienvenido porque me creías bruma 
o fantasma
o huella del futuro que jamás encenderías
y así nos dejábamos amar como podían
porque -sencillamente- anduvimos convencidos
de que fallábamos nosotros 
-que nuestro corazón era una novela tolstoiana-
de que eran los otros los normales
y nosotros los impares
y que el amor no era sol constante sino nube que no llueve.
mirada que no mira.
contemplo el lado luz de tus ojos
el lado sombra y no hay 
duda alguna
de que sos la bienvenida, la venida 
a bien en mi alma
la avenida donde de niño me sentaba a adivinar el
nombre que traerías
cuando vinieras, Paz, y te dijera, amor
bienvenida/


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