batracios ...

el poeta no tiene mucho que decir.
su musa está dormida.
entonces el poeta bebe una infusión para su hígado
hojea un par de poemas
mira por su ventana la claridad bochornosa del día
mira una nube que extrae de su bolsillo
la deja sobre la mesa
le hace un corte equinoccial en la garganta
la nube roja
la nube sangra
procede a disecarla
esa nubesapo tiembla aún de nervios
tiembla de cielo perdido
pero ya no agoniza
tiemblan solo sus extremidades nerviosas
el poeta achina los ojos
deambula por las vísceras angélicas de la nubesapo
de la saponube
pasea su ojo poético y va seccionando órganos celestes
batracios azules! 
nada halló interesante en aquella su nube de bolsillo
hurga en el interior de su billetera de mármol
y extrae ahora un pequeño dios
un pequeño sapodios que le implora lo deje volar
de pulóveres abiertos junto a las ranas/

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