poéticas de una niña en Saigón ...

el poeta debe ser, dicen, un gran fotógrafo
capturar el instante en que la gota de agua
o la palabra de fuego
o la bala de goma queda suspendida en el aire
y se hace eterna en su no movimiento
en su momento justo
en su avenida exacta, otras veces
el poeta debiese, dicen, volverse daltónico 
o prismático
y tallar en el verso una madera agria verde rulienta
sacar la basura a horario
perder a las cartas todo: esposa, casa, libros, virginidad
y también el poeta podría ser un poco matemático
y soslayar de embriones la máscua popa de los trenes
y derribar de un escopetazo quinientas palomas
y setecientos patos/

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