grullas ...

asomadas a la misma ventana
quinientas grullas abren sus ojos
detrás
en la camilla
una sombra juega con las teclas de la luz
y observa el fino y traslúcido papel de las calles
el grueso viento que desfigura el color
de las adyacentes avenidas que cruzan
como ráfagas de un aceite incomestible 
el duro caparazón de la ciudad anochecida 
lapidaria palidez de la luna
toca los hombros cancáreos de las grullas
y se arrepiente de haber torcido
la nariz congestionada
de los niños que juntaban, descalzos e invisibles,
botellas y cartones de las ramblas citadinas
gruesos volúmenes de plásticos
calcinadas aguasvivas hirviéndoles en los ojos
y detrás
siempre detrás
en una camilla 
cubierta de finas y abundantes hebras azules
una sombra
prendiendo y apagando
una roja tecla de luz justo encima del paladar
a una hora de aquí
justo a una hora
quinientas grullas bostezan
acodadas a la misma ventana/

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