1999 ...

en el bufete de Humanidades
un café
recio café 
que no basta revolver con la cuchara
hace falta el estómago para hacerlo
los ojos
y luego quizá
de arremolinar en él los pies
se consigue que del áspero y renegrido fondo 
ascienda un hada dulzona
que pose sus pequeñas espaldas
sobre el empetrolado paladar que llevo
por costumbre
pegado encima de mi lengua
alrededor los estudiantes
con sus largas ojeras y sus apuntes garabateados
chupando como ávidos mosquitos
la tinta negra de las fotocopias
donde Seaussure desdobló el lenguaje
para hacerlo intermitente 
detrás de mis orejas hay un mundo
con sonoridades deliciosas
con calles donde los animales trepan ventanas
y se cuelan en los sueños de las practicantes de medicina
sobre la mesa abierto un libro
de poéticas para las sombras
mis manos dan vuelta en el aire
el café recurrente en mis papilas 
me deja en la garganta líquidos de freno
se acerca el mediodía
cada vez que eso ocurre
se me tiznan las uñas
y un pescadito de oro se asoma a mis ojos
para hundirse sin remedio
en el mundo admitido
esa pecera aguda hecha de sueños
y de disfraces/

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