mirada ...

de la mirada de una mujer
podemos esperar 
la lluvia
la molestia de llevar las manos vacías
cuando quisiéramos
en verdad
tenerlas repletas de colores de perfumes de sonidos
una mujer nos mira y nos deja petrificados
al borde de una furia parecida a la esperanza
al filo de un caballo que corre su última carrera
y nosotros vamos con él
no arriba
montándolo
sino dentro
dentro de él
contando con los dedos
los kilómetros que restan
para llegar a casa
y esconderse
y negarse
y receñirse
porque
a veces
la mirada de una sola mujer es un oficio una palabra
que no se deja fabricar ni medir ni esperanzar
solo está
ahí
aguardándonos
tocándonos los pies
quietos
diminutos
del hombre que somos
y no queremos ser/

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