el exilio del ojo izquierdo ...

un día
cualquier día
se despierta el ojo izquierdo de un hombre
antes que el hombre
inmóvil en el hueco craneano 
y en la vaga penumbra de la habitación que lo mece
el ojo comienza a desprenderse de sus raíces veniales
rueda por la cara inerte del hombre dormido
rueda y va a dar a la alfombra
de la habitación aún no amanecida
desde la puerta contempla el enorme cuerpo
del cual ha formado parte
hasta entonces
y es
para el humilde ojo
como contemplar el cuerpo varado de una ballena
rueda -ya que carece todavía de la posibilidad
de otra locomoción- hasta la cocina
se detiene frente a la puerta de calle
con un pequeño esfuerzo pasa por debajo
y queda (de ojos abiertos?) contemplando
libre
el cielo todavía nocturno
rueda y se pierde rumbo al puerto de la ciudad
ya nunca más volverá
al hueco craneano que la naturaleza le horadó 
ya en la proa de un barco carguero
se exilia para siempre
rumbo a la India.
en una habitación de Buenos Aires un hombre despierta
y se tantea
horrorizado
un hueco inusual en su rostro
abre su ojo derecho
y contempla el techo blanco
ahora sí ya rasgado
por las luces del amanecer/

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