pie grande ...


saber que sí
que es posible que tu boca me nombre
pero no como se nombra una calle
o una rosa
o los huesos que integran el esqueleto humano
que me nombre como se nombran las cosas amadas
las que no pueden estar lejos
sin que empiecen a doler los relojes y las puertas
sin que las calles comiencen a llorar a gritos
saber que sí
que es verdad que tu boca me llama
en el día y en la noche
es todo cuanto necesito
para caminar sobre el mundo con pies de gigante.

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