Paraguay/ junio/ 2012 ...

abriendo los postigos 
que permanecieron 
cerrados 
por
el
endurecimiento de la noche
entrevemos los dolores guaraníes
el sol escarpelando
el pecho
de las mujeres
batiendo en rabia
el tambor de la carne
y de la caza
en la espesura anónima
de las selvas paraguayas
donde el papagayo azul hermosea en la penumbra
donde el macuco husmea la tierra en vista del agua
y el barbasco
y el lapacho abren sus ojos
para no perder de vista el cinturón de la noche que los llama
qué saben ciertos hombres de la vida?
qué saben ciertos hombres de los hombres?
se empuña el hierro para herir la espalda de América
se empuña la ley del rico para matar la ley del pueblo
qué tristeza de piedra muda tienen los hijos de la tierra!
qué rabia de yaguareté herido golpea en la sangre del pueblo!
no pueden venir de nuevo los hombres viejos
porque no habremos aprendido nada
porque habrá sido en vano tanta sangre americana
abonando la avaricia del Imperio del Norte
y de los lacayos asesinos del sur del norte
de su propio pueblo
el Partido Colorado sea borrado por la furia del viento
o por el amor revolucionario de las mujeres
que dan de beber agua de cebolla a sus hijos
en lugar de leche!
se vienen con los dientes prestos
a hundirlos sin piedad
en la garganta del día
en las muñecas del campesino
en el corazón de la Unasur
porque quieren reinarnos necesitan dividirnos
abriendo los postigos
que permanecieron
cerrados
entrevemos el hierro levantado
la hora en que las agujas señalarán a los cobardes
a los traidores
y también, por supuesto, al héroe colectivo.

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