pajarera ...


era hermosa esa mujer con
tantos pájaros en el alma que
parecía una jaula viva caminando por
mis calles y para males tenía la
costumbre de hacerme entrar en su
vida y recuerdo dos largos pasadizos donde
el sol lo iluminaba todo en altísimos
ventanales que daban a unos jardincitos de
invierno en que el perfume de la tierra se
entreveraba con el sabor opíparo del
aire en que estábamos, sí 
yo entraba en esos
pasadizos de su vida y era
sencillamente feliz porque nada se
le puede comparar ni asemejar en 
nada/ era hermosa esa mujer con
tantas ventanas hacia adentro que 
uno se quedaba boquiabierto
sin saber si entrar
o partir/ sin saber si dar las gracias o 
salir corriendo de aquel
paraíso.