memorándum ...


si llegara a morirme este fin de semana
dado que nadie tiene comprado los lunes
he aquí mi minúsculo testamento:
dejo los pájaros a los niños
dejo la revolución al pueblo
dejo la poesía 
donde siempre la he dejado:
al alcance de quien necesite alcanzarla
dejo mis tres camisas a Esteban
(aunque sé que él las llevará a una Iglesia,
no por caridad sino porque le van chicas)
dejo mis ojos a la hambruna de las hormigas
dejo mi biblioteca a quienes sepan
que leer no te hace ser más inteligente
sino que la inteligencia es lo que hacemos
con lo que leemos
dejo mis manos a la hambruna de las hormigas
dejo a mis alumnos este recado: 
no orinen sobre mi tumba
porque sospecho que he desarrollado el don 
de la resurrección y podrían pasarla mal ...
por último, 
dejo mi fortuna que asciende a 200 pesos
a quien sea capaz de tocarse un párpado
con la lengua.

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