pequeñita ...


no solo del otoño y su triste principio
y de las balizas que impone el silencio
no solamente de las manos del error
me protegen tus manos, pequeñita,
sino de mí y de lo que yo le hago a mí
y de lo que yo le intento hacer a mí
y de lo que mí le amenaza hacer a yo
y de ese circuito vicioso del autoinvierno
del autofrío que me soy cuando olvido
o niego -por idiotez o cobardía- tus ojos
que son -a qué dudarlo- los ojos 
del amor que mira y me sonríe tan dulcemente
que me salva constantemente de vivir en el margen
de mí mismo
y que me dan una hoja en blanco siempre
y es tu mano la que toma mi mano
para dibujar en ella una casita con ventanas
donde me asomo sonriendo
donde te encuentro dentro acariciando mis manos,
pequeñita/

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