juzgados ...
entré al juzgado de familia
en pleno centro platense
entré con mis manos y con mis ojos
y con mis años tocándome las costillas
luego entré en Tribunales con los escalones
en la garganta
y en cada despacho un abogado un juez
(siempre de corbata en el alma y perfume a legajos)
me reiteraban la maquiavélica cuestión
"tiene el certificado de defunción de su madre?"
y yo debía extender tembloroso la hoja del espanto
para garantizarle al mundo que mi madre ya no ríe
acaso no se ve en mis ojos que ya no tengo madre?
acaso no notan mis brazos partidos
mi nariz sangrando?
no observan que llevo el alma torcida
hacia un costado?
y la boca llena de mariposas negras y doloridas?
no
nadie se da cuenta que me falta mi madre.
entonces debo extender el certificado alcahuete
que canta como un gallo de luto
la no vida de mi madre.
si me viesen el corazón una vez al día sangrar silencioso
el señor juez y el señor abogado
serían/ quizás/
un expediente más humanos.
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