puñado ...
el amor nos descubre
día tras día nos señala entre la multitud
caminamos con el mentón hacia la tierra
nos colocamos sombreros
y anteojos oscuros
nos hemos alterado el nombre
y la sonrisa
pero igual el amor
nos reconoce
nos tantea en la penumbra
nos focaliza en la tormenta
nos apoya la mano en el hombro
a cualquier hora del día
y nos saluda
guiñándonos los ojos
se sonríe de vernos apelmazados
revueltos
amontillados
respirando con la nariz del otro
hablando con la boca del otro
amando en el corazón oceánico del otro
nos reconoce
el amor
nos reconoce
porque creemos caminar juntos
hombro a hombro
ser dos
cuando
en realidad
somos
un puñado
de uno.
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